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" ... El tejido industrial de Corea del Norte quedó prácticamente destruido tras los tres años de guerra. En la inmediata posguerra, el país alcanzó un alto índice de crecimiento gracias a la ayuda de otros países comunistas, especialmente la Unión Soviética y la República Popular China. Sin embargo, las relaciones entre las dos potencias comunistas se volvieron muy tensas a finales de los años 50 y principios de los 60 por la desestalinización impulsada por Nikita Khrushchev, una decisión criticada por Mao Zedong. El apoyo soviético al Norte decayó, ya que Pyongyang se alineó con China. ... "
" ... Estoy pensado en sacar las obras completas de mis columnas y un ensayo titulado Adiós a los rojos para celebrar a esos comunistas, héroes y fabuladores de un nivel intelectual extraordinario, íntegros, que se sacrificaban por una causa aunque pudieran perderlo todo, defendían la reconciliación nacional y la liberación de los humildes aunque lo hicieran con ideas equivocadas, y se opusieron a Stalin al entender lo que pasaba (y por ello se les envió a Siberia). Quiero que los jóvenes sepan que hubo grandes comunistas y no los confundan con Podemos. ... "
" ... No lo he pensado (risas) porque aquello me duró poco. Hay que tener en cuenta que en mi generación, primero, todos estudiábamos en colegios de curas, porque el 70% de la enseñanza primaria española estaba en manos de instituciones religiosas. Segundo, ya en los años sesenta la iglesia desempeñó un papel importante porque, aunque apoyaba al régimen, por otro lado, en función del concordato y de la existencia de curas, obreros, etc., había una alianza estrecha entre sectores del cristianismo de base, incluidos parte importante del clero, y movimientos revolucionarios, sindicalistas y partidos clandestinos. Por lo tanto, a partir del Concilio Vaticano II, y con lo que se llamó la real política de Alemania de apertura al este, el diálogo con los comunistas del Papa Juan XXIII, hubo un movimiento intelectual muy fuerte relacionado con la izquierda europea en gran medida y con los partidos comunistas de Europa de lo que sería el socialismo cristiano. Para los jóvenes de la época en España, la única vía que no fuera la clandestinidad para evitar la represión y poder hacer alguna acción social o política de forma un poco protegida, en contra del Gobierno, era hacerlo por sectores progresistas de la iglesia. Pero eso me duró poco… (je,je) De hecho, ya desde el colegio hice muchos periódicos murales y también dirigí la revista del colegio pilarista, que era un clásico. Lo que pasa es que estudié filosofía pura, e inicialmente lo hice pensando que si al final acababa en el seminario, tenía ya la mitad de la carrera hecha, y estudié teología. Pero a mí lo que de verdad me gustaba era el periodismo, y siempre he querido ser periodista. ... "
" ... Un grupo de periodistas y líderes de opinión de izquierdas y derechas entendimos, a principios de los noventa, que era malo para España que un presidente, también Felipe González, ocupase durante más de ocho años la presidencia del Gobierno. Nos llamaron el “sindicato del crimen”, pero es que él llevaba ya más de una década y podía estar mucho más. Teníamos muy recientes en la memoria los 40 años de franquismo, veíamos el enorme talento y capacidad de persuasión de Felipe y yo mismo creía que uno de los grandes errores de la Transición había sido no incluir en la Constitución un límite en los mandatos, porque las oportunidades de corromper y corromperse se multiplican. Dicho esto, el siglo XIX español produjo un gran hombre de estado, que fue Cánovas del Castillo, y el SXX otro gran hombre de estado, que fue Felipe González. Lo afirmo desde la discrepancia ideológica. En el año 1982, con una mayoría inmensa y el apoyo de los comunistas, podía haber cambiado la Constitución y abolido la monarquía. Y no lo hizo. Era un republicano convencido, pero vio cómo había intervenido el rey durante el 23-F y aceptó la permanencia de la institución. Preservó los consensos de la Transición sobre los grandes asuntos nacionales: la unidad de la patria, la lucha contra el terrorismo y la política exterior. Estaba también en contra de pertenecer a la OTAN y, sin embargo, después de hablar con Ronald Reagan, convocó un referéndum pidiendo la permanencia. Fue un hombre de estado y yo lo echo muchísimo de menos. ... "