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" ... En tres décadas ha modulado y llevado a cabo centenares de campañas para todo tipo de clientes. Ella, sin embargo, sigue teniendo como una de sus favoritas una que realizaron muy a los inicios de Interprofit. “Por aquel entonces la ciclosporina, un fármaco que elaboraba la empresa Sandoz y que se utilizaba con las personas a las que se les ha realizado un trasplante para evitar el rechazo, no estaba regulado”, revela. “Me vinieron a buscar para organizar una campaña promovida por la Asociación de Trasplantados para obtener su legalización. Pensamos que sería una campaña muy larga, de al menos seis meses, pero en tres ya lo habíamos conseguido”. Apunta que, por norma general, las campañas en las que más le gusta trabajar son aquellas que están relacionadas con temáticas sociales y de ciudad. “Me gusta mucho trabajar para mi ciudad, Barcelona”. ... "
" ... Nació en Florencia, en la misma habitación que sus cinco hermanos. El matrimonio Ferragamo se había instalado en una bonita casa de la ciudad del Renacimiento allá por 1927, cuando el zapatero más elitista de la historia regresó de hacer las americas. Ferruccio recuerda con orgullo cómo su padre comenzó desde cero: “Pertenecía a una familia de granjeros del sur de Italia, pero lejos de interesarle los cultivos, sólo soñaba con hacer zapatos”. Una vocación tan poco frecuente como humilde porque por aquel entonces, era uno de los oficios más bajos. Con dieciséis años emigró a Santa Bárbara, donde abrió una modesta tienda de calzado que rápidamente comenzó a prosperar. “Tuvo mucho éxito y muy rápido porque supo captar las necesidades de cada mujer. Miraba a las clientas detenidamente y elaboraba el par perfecto, absolutamente acorde a su personalidad y ¡de una sola pieza!”, explica Ferruccio. A Audrey Hepburn le diseñó unos elegantes zapatos de salón, a Marilyn Monroe unos tacones rojos, altísimos, y tan brillantes como el futuro de Salvatore Ferragamo, la firma homónima que hoy, casi un siglo después, mantiene impecable su lugar en el podio del lujo. ... "