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El sitio muestra frases de ejemplo para palabras. ¿Cómo se podría usar la palabra en una frase?
" ... 3. Aprende a aceptar los cumplidos. Cuando nos sentimos especialmente mal con nosotros mismos, es difícil para cualquiera procurar sacarnos de ese círculo vicioso. Somos más resistentes a las bondades de los cumplidos, aunque sean precisamente una e las mejores medicinas que podemos tomar. En lugar de rechazar frontalmente los halagos, responde amablemente. A la larga trabajarás directamente en la imagen que tienes de ti mismo. ... "
" ... Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Pues eso es concretamente lo que ocurre con los halagos a los empleados. Los jefes que se exceden con los reconocimientos resultan ser todo lo contrario a lo que quieren parecer, es decir, desagradecidos. Si reconocen mucho a todo el mundo, quiere decir que no valoran realmente el esfuerzo y el buen trabajo. No todos los trabajadores merecen halagos. ... "
" ... Por favor, no se te ocurra decir lo típico de que su empresa es muy grande y muy buena y te gustaría trabajar allí. Trabájate esa respuesta un poquito, que está muy trillada. Investiga acerca sobre cómo les ha ido últimamente, de los planes de futuro que tienen y escoge lo que más te guste para dar a la vez una razón de por qué quieres trabajar con ellos, de por qué vales para ese puesto y, por último, de porqué deben contratarte a ti y no a otro. Eso sí, trata de ser natural, a nadie le gustan los falsos halagos. Se trata de mostrar interés, no de pareces desesperado. ... "
" ... Si los triunfos son solo suyos, agradece los halagos pero no se jacta, y si son en grupo, se asegura de que todos sepan que el triunfo es colectivo y no individual por mucho que haya aportado algo superior. ... "
" ... ¿Qué pasa, entonces? ¿Por qué lo concreto, los objetos que nos acompañan, son receptores de nuestros halagos o nuestras fobias? Pienso que porque no nos dan la razón, ni nos la quitan. Ahí están, calladitos, a nuestro lado. No cambian, cuando nosotros sí lo hacemos. Siguen siendo los mismos, muy al contrario que nosotros, que seremos distintos a cada minuto que pase. Recuerdo que dejé de vestir una sudadera gris que llevaba puesta un día en el que no me fue demasiado bien en una reunión. El pobre algodón como culpable, como chivo expiatorio de mi fracaso. ... "