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" ... Idea tu estrategia de inversión y repara en que sea compatible con tus objetivos. ... "
" ... Tras la entrevista llega el turno de la sesión de fotos, y ambos hermanos demuestran su soltura al repetir gesto de forma natural en las incontables poses que les pide la risueña y minuciosa fotógrafa: Álvaro esboza sonrisa de éxito bajo control, Clemente perfila mirada de estar pensando en la rentabilidad del siguiente local que prevén abrir. Cuando termina la sesión, todos se saludan amables y agradecidos tras casi hora y media juntos. Clemente se acerca al periodista y le pregunta qué otras marcas suele vestir además de El Ganso. Mientras comentan estilismos, el ‘plumilla’ sigue con la mirada a Álvaro, que entra en la sala contigua a recoger su americana. Sobre una silla repara en el abrigo y la gorra del periodista, y sin dudarlo, toma ambos con cuidado y busca la marca de cada prenda antes de volver a dejarlas exactamente como estaban. Juntos de nuevo los tres, los Cebrián preguntan muy interesados cómo ha sido la experiencia de su inesperado cliente en las tiendas de El Ganso. Recalcan la importancia de hacer que los usuarios sientan que son tratados de forma especial. Como en casa. ... "
" ... ¿Qué diría que es la cosa más poderosa del mundo? ¿Y qué diría si Le dijera que ya lo posee? Nació con él y, sin embargo, a menudo lo da por sentado y no repara en su potencial. Lo adivinaste, es tu cerebro, más específicamente, tu mente. ¿Alguna vez ha pensado en la cantidad de cosas que cambia durante su vida? Pero si no cambia de opinión, es decir, su mentalidad o su modo de pensar dominante, perpetuará la misma experiencia una y otra vez durante el resto de su vida, porque todo lo que hay en usted ha cambiado, pero nada lo ha hecho por dentro. Nada en el mundo puede rivalizar con una mente cambiada. ... "
" ... “Éste es uno de los dos pollos”, piensa el periodista aprovechando la cobarde impunidad de la voz interior. Aunque tiene el impulso de girarse y saludar a uno de los hombres que entrevistará en unos minutos, decide esperar. Solo un momento. Y probar. El hombre junto al ventanal no tarda en levantar la cabeza para mirar con indiferencia a su alrededor. Y entonces repara en el periodista, que lo vigila sin él saberlo a través del espejo. Parece que ha reconocido una de sus prendas. Le puede la curiosidad. A partir de ese momento hay una vigilancia mutua. Hasta que el periodista decide pagar y salir de allí, eludiendo siempre el cruce directo de miradas. ... "